Candidato del FSP para el senado de EEUU

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Steve Hoffman ofrece toda una vida de experiencia a su campaña para el Senado de EE. UU.: como sindicalista, organizador antifascista y defensor de los derechos de las mujeres, las personas LGBTQ, las personas de color y los inmigrantes. Técnico de mantenimiento, representa a su sindicato en el Consejo Laboral del Condado Martin Luther King. Es miembro del Comité Nacional del Partido de Libertad Socialista (FSP, por sus siglas en inglés) y escritor frecuente del Freedom Socialist sobre cuestiones laborales y medioambientales. Sus patrocinadores incluyen la Federación de Empleados Estatales de Washington (WFSE) Local 304, Trabajadores Organizados para la Solidaridad Laboral y las Mujeres Radicales.

En una tarde de febrero en que caía poca nieve, una multitud abarrotada en el Salón 8 del Seattle Labor Temple celebró el lanzamiento de la campaña. Los partidarios demostraron su compromiso con Hoffman.

Su pasión es contagiosa. Para evitar pagar una exorbitante cuota administrativa de $ 1,740, los voluntarios están recogiendo firmas de petición. A partir del 10 de marzo, este esfuerzo popular ha reunido más de la mitad de las 2,500 firmas necesarias.

Para participar, comunícate con Advocates for Hoffman al 206-722-2453 o VoteSocialism@gmail.com.

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MV — Cuénteme un poco sobre su experiencia y por qué quiere ir a D.C.

SH — Crecí en Ohio, salí de la escuela secundaria y me uní a la Marina. Desde el momento en que salí del ejército, creo que he marchado contra todas las guerras.

Durante los últimos 27 años, mi trabajo ha sido mantener las luces encendidas en North Seattle College. Y yo soy el secretario de registro y delegado sindical para mi sindicato, WFSE 304. Dedico mucho tiempo a defender a los trabajadores, especialmente a las mujeres, contra los agresores en el trabajo. Me he convertido en el delegado sindical “a quien recurrir” para las personas que sufren acoso. Y eso me ha dado una buena experiencia para representar a los trabajadores

Soy miembro de la Coalición de Sindicalistas Negros y de Trabajadores Organizados para la Solidaridad Laboral (OWLS, por sus sigas en inglés). El lema de OWLS es “ser luchadores militantes para el beneficio de la clase trabajadora”. Eso es lo que quiero hacer en Washington, D.C., si soy elegido.

Los problemas que enfrentamos y las causas de los mismos provienen de un sistema capitalista que es global y, por lo tanto, no se pueden resolver a nivel local. Piense en las guerras, las cuales absorben el dinero de lo que podríamos estar haciendo, como brindar atención médica y servicios.

Tenemos dos partidos en este país que han bloqueado el proceso electoral, pero no hay representación para los trabajadores. Es hora de declarar nuestra independencia política tanto de los demócratas como de los republicanos. Los políticos de hoy son principalmente comprados y pagados por intereses corporativos. Mi candidatura desafía esta situación.

 MV — Los derechos reproductivos, la inmigración y la vivienda son cuestiones clave. ¿Cuáles es su postura?

SH — Estoy a favor del aborto cuando se solicita, punto. Quiero decir que es el cuerpo de una mujer. Los intolerantes religiosos o el estado no tienen por qué inmiscuirse en eso.

Me opongo totalmente a cualquier discriminación basada en raza, género, identidad de género, edad, incapacidad, estado migratorio o cualquier cuestión es ese tipo. Tenemos que luchar contra todo tipo de discriminación porque simplemente divide a la gente trabajadora.

En cuanto a la inmigración, ¡no al muro! Los patrones del capitalismo tienen el sagrado derecho de mover su capital, su dinero, sus fábricas y nuestros trabajos – el de cualquier persona – a través de fronteras cuando les plazca. Sin embargo, un trabajador cruza la frontera para seguir el trabajo y sobrevivir, y ese trabajador es un criminal. Tenemos que cambiar eso. Hay que abrir las fronteras, disolver el ICE y otorgar derechos civiles plenos y derechos laborales a todos.

Y con respecto a DACA, las propuestas de reforma de inmigración que se ofrecen les otorgan a los Dreamers estatus legal, pero van a hacer que sea más fácil deportar a sus padres. ¿Qué clase de alternativa ferozmente cruel es esa?

Con respecto a la vivienda asequible, gravaría las corporaciones y la riqueza acumulada de los ricos y terminaría con el gasto militar, que representa más del 50 por ciento del presupuesto federal. Que se use ese dinero para construir una gran cantidad de viviendas públicas.

Las personas no pueden remediar su falta de vivienda hasta que tienen algo de estabilidad en sus vidas. Pueden necesitar servicios sociales, tratamiento de drogas o lo que sea. O tal vez solo necesiten un trabajo que les pague lo suficiente como para vivir o acceder a la educación para que puedan obtener esos trabajos.

Parte del movimiento por los derechos civiles fue la guerra contra la pobreza. Con los años, eso se convirtió en la guerra contra los pobres. Es vergonzoso

 MV — La Tribu Puyallup está luchando por detener la planta de gas natural líquido planificada para Tacoma, Washington. ¿Cuál es su postura con respecto a la cuestión del fracking (fractura hidráulica)?

SH — Estoy en contra del fracking, del cual mi oponente, la senadora Maria Cantwell, ha sido una gran partidaria. Es una catástrofe ecológica.

Tenemos que alejarnos de los combustibles fósiles. Propongo que nacionalicemos la industria energética bajo el control de los trabajadores para que los trabajadores y el público puedan tomar las decisiones. Podemos lograr una transición rápida hacia fuentes de energía renovables y sostenibles y reducir las emisiones de carbono que están arruinando el planeta.

 MV — Durante décadas usted ha organizado la resistencia sindical y comunitaria contra los neonazis. En agosto pasado, usted habló en un mitin contra Joey Gibson y la ultraderechista Patriot Prayer. Gibson ahora se postula para el mismo escaño en el Senado que usted. ¿Cuál es su opinión sobre él?

SH — Ese tipo es híper-nacionalista y no tiene soluciones progresistas para la gente trabajadora, especialmente para aquellos que sufren las peores consecuencias, como las mujeres y las personas de color. Cuando está en el escenario, está rodeado de gente con vestimentas nazis y símbolos del Klan y de la supremacía blanca. Afirma que no es racista, misógino ni reaccionario pero se alía con grupos de bestias fascistas.

 MV — Usted es un socialista orgulloso. ¿Qué significa eso para usted?

SH — Bueno, en el capitalismo todo está orientado a obtener ganancias. No se trata de lo que la gente necesita, se trata de lo que hace que una corporación gane más dinero. Parte de eso es la gran cantidad de decisiones erróneas sobre lo que se produce y lo mucho que se desperdicia. Además el capitalismo hace que se enfrenten los trabajadores entre sí en su carrera hacia el abismo.

En los últimos 40 años, la productividad de los trabajadores se ha más que duplicado, pero de alguna manera su nivel de vida sigue disminuyendo. ¡Basta de esto! Necesitamos un sistema socialista en el que las empresas sean de propiedad colectiva y que se administren democráticamente y sin fines de lucro, y donde los trabajadores tengan la última palabra sobre lo que se produce. Debemos proporcionar a todos atención médica y un medio ambiente limpio en lugar de construir bombarderos B1. Es cuestión de satisfacer las necesidades de las personas y no de generar ganancias para que unos pocos sean fabulosamente ricos.

Ésa es la cara del socialismo.